Visión energético-espiritual del sobrepeso y obesidad

publicado en: FENG SHUI INTERNO | 0

La mayoría de la literatura que se lee en internet sobre el sobrepeso y la obesidad coincide en que el problema se deriva de una serie de desequilibrios físicos, con causa emocional y mental. Yendo más allá se hallan también las causas alojadas en el sistema energético-espiritual.

Glenda González

Comúnmente pensamos que nos sentimos mal debido al exceso de peso, cuando en realidad lo correcto posiblemente sea lo contrario. Los kilos de más podrían estar reflejando que existe un exceso de creencias erróneas o un exceso de emociones negativas que el cuerpo manifiesta en forma física.

Por lo general, se trata de ideas o emociones que posiblemente se relacionan con la necesidad de protegerse o proteger a otros. El exceso de peso y talla también puede obedecer a un patrón energético familiar. En cualquier caso, las creencias y emociones generan un marco vibracional que envía una señal neuronal de engrosar el cuerpo para cumplir con la función de protección o resguardo.

Esta es la razón por la cual hay personas que consumen una gran cantidad de alimentos sin que este exceso sea capaz de engordarlos, mientras otro grupo de personas aunque disminuyan en forma importante la comida que consumen, su peso sigue en niveles altos y tienen la tendencia a engordar. 

Por tanto, para conseguir bajar el peso corporal, es necesario concientizar que hay “algo que tú crees o sientes” que no es real o no se encuentra alineado con lo verdadero.

Si descubres esos paradigmas en tu aura, tu peso se normalizará. Tal hecho hace posible que algunas personas, que toman conciencia de sus miedos particulares, comiencen a bajar sus kilos casi por arte de magia. Por supuesto, un plan de cambio alimenticio y de ejercicios siempre estará implicado, sobre todo si se trata de obesidad.

En la mayoría de las circunstancias, estos patrones generadores de peso corporal se encuentran muy arraigados, y se han llevado por tanto tiempo, que consiguen ser parte de la persona, dificultando su detección.

Mientras mayor sea el exceso de peso, más integrados se llevan esos patrones y más invisibles se vuelven a la misma persona.

El nivel de sobrepeso también informa la inversión de dedicación que se deberá considerar para obtener la tan anhelada disminución de peso. Una leve alza señala que hay poco por corregir, mientras que un gran exceso indica mayor energía por eliminar.

Es común, que una vez que la persona comienza a subir de peso, con el tiempo lo haga a niveles insoportables, debido a las mismas emociones discordantes que siente en la medida que engorda.

Desde el punto de vista simbólico, las personas que engordan, en realidad lo que hacen es “protegerse” de los demás, o de algún tipo de situación o trauma instaurado en su cabeza.

¿Por qué se sube de peso?

Aunque lo que se cita en el plano físico como causas del aumento de peso suelen ser una serie de desequilibrios bioquímicos derivados de consumir más alimentos, un problema hormonal o una ralentización del metabolismo, lo que ocurre desde el punto de vista energético-espiritual es distinto

Energéticamente, la acción de engordar no solo se relaciona con el cuerpo físico, sino que tiene que ver con los otros tres cuerpos sutiles que conforman nuestra estructura energética: el etérico, el emocional y el mental.

Al ver el sobrepeso y la obesidad desde esta perspectiva, notamos que lo que se acumula no es masa ósea, ni muscular, ni tampoco se agranda ningún órgano, ni se llena ninguna cavidad de aires malignos. 

Energéticamente lo que se acumula bajo la capa de la piel es una cantidad de energía estancada (grasa) que no se va a usar, se retienen una cantidad de emociones tóxicas (líquido) que el organismo no puede eliminar, o una cantidad de ideas erradas que cuesta reconocer y soltar (aire). Las células del cuerpo de una persona obesa obedecen a la orden de acumular grasa, líquido o aire, y no soltarla, no “quemarla”. 

Las causas energéticas y espirituales para no soltar esa energía estancada o esas emociones tóxicas son variadas. Podrían provenir netamente del cuerpo etérico, del emocional o el mental, o incluso combinaciones de los tres.

Estos tres cuerpos guardan memorias, tanto de estas como de otras vidas. Por ello, el sobrepeso y la obesidad también pueden estar vinculados a una memoria de vida pasada o vida paralela. Esa memoria está alojada en el elemental o esencia de cada uno de nuestros cuerpos. He ahí una explicación probable para algunos tipos de obesidad infantil.

Si el cuerpo más implicado es el etérico es posible que la persona esté copiando un determinado molde etérico de gordura, genético o heredado, de esta u otras vidas.

Los temas familiares pueden ser causales de sobrepeso e influir en la conformación del cuerpo etérico. La identificación con algún patrón de obesidad en la familia, puede hacer manifiesto el sobrepeso en determinada etapa de la vida. Se trata de una tendencia, inconsciente, a repetir pautas de gordura del grupo familiar e incluso de un grupo de almas.

«Me parezco o me quiero parecer a mi mamá, papá, hermana u otro familiar o ser con el tengo relación álmica. Aunque de manera consciente se diga que no se quiere, el inconsciente se revela y busca la identificación. En esos casos el patrón se reproduce en el cuerpo etérico, el molde del cuerpo físico. 

La memoria del patrón etérico se agranda para seguir la predisposición genética familiar y luego el cuerpo físico sigue ese molde y se agranda también. 

Por otra parte, si el más implicado es el cuerpo emocional, valen las explicaciones de los psicólogos. Muchos hablan de una necesidad de acumular cosas. Algunos autores citan la ansiedad, el estrés y las dificultades para soltar, así como el miedo a la escasez, y la avaricia o codicia derivadas de haber experimentado crisis, hambrunas o pobreza tanto en esta vida como en otros espacio-tiempo. No olvidemos que somos seres multidimensionales. 

Entre los temas emocionales subyacentes se incluye también la inseguridad, los miedos, la baja autoestima y hasta una inadecuada relación con los padres. Alguna programación de beneficio-negativo puede estar presente. Esto como consecuencia de querer llamar la atención, o tratar de recibir cariño o alguna forma de afecto mediante el aumento de peso o problema de salud. Todo ello, por supuesto, son mecanismos no conscientes.

Molde o patrón etérico dentro del cual está el cuerpo físico.

El cuerpo mental, a través de las ideas y creencias que manejamos, casi siempre está implicado tanto con lo etérico como con lo emocional. Lo que pensamos y la forma en que nos dejamos influir por las creencias socio-culturales del entorno pueden agravar un problema de sobrepeso con pensamientos negativos, muchas veces alimentados por egregores colectivos. 

Todos los hechos antes mencionados requieren entonces de la ejecución de un trabajo, tanto interior como físico, para -en primer lugar-  entender y hacer conciencia sobre las memorias y pautas que están fijas en nuestra aura generando aumento de peso. Tales factores suelen siempre estar en espera de las condiciones para su manifestación en tercera dimensión. 

El rol del niño interno

Cuando el patrón es netamente emocional, más allá de las dietas (es mejor hablar de cambio de hábitos) y el ejercicio, el proceso para perder peso tiene mucho que ver con realizar un trabajo con el niño interior. 

Es el arquetipo del niño interno, alojado en el cuerpo emocional, quien maneja el cuerpo físico e influye en él a través en la manifestación física.

Es importante entender que la resistencia y el rechazo a los kilos de más no ayuda a rebajar. Es muy importante, en primer lugar, amarnos y aceptarnos tal como somos. Aún si tenemos sobrepeso debemos amarnos primero. Este es el punto más importante, la base principal para perder peso. Si no nos amamos, aunque perdamos el peso y tengamos ese supuesto cuerpo ideal, no vamos a ser felices. 

La felicidad no tiene base en el estado físico, o en tener el cuerpo perfecto, el peso perfecto o la altura, tampoco está en el cabello, la piel o color de ojos. No se basa en toda esa serie de elementos físicos que nuestra sociedad resalta como sinónimo de éxito. Por esta razón, observamos a muchas personas inconformes con lo que tienen. Si el cabello lacio, lo quieren rizado y si lo es rizado, lo quieren lacio, por ejemplo.

Es por ello que el trabajo con el niño interno comienza con la autoaceptación, además de la idea de soltar. Esto implica dejar de lado la idea de querer perder peso para seguir una moda o copiar un estereotipo social. Al fin y al cabo, no se trata de concentrarte en estar más delgado. Se trata, de estar bien así como somos. 

Todos tenemos mucho por limpiar, pero una cosa queda clara, una vez que cambiamos nuestra meta de perder peso por la de aceptarnos tal cual somos, con toda probabilidad que perderemos esos kilos y aunque no sucediera, seremos felices igual. ¡Es más importante ser feliz que ser delgado!

Acumular energías de otros

La canalizadora argentina Brinda Mair, cuenta su historia de obesidad en su página web y hace aportes interesantes desde la perspectiva espiritual. En ese sentido, cita a los crisoles familiares o grupales. Aquellas almas que eligen limpiar la energía de un grupo o de su familia.

Son seres que, mayormente sin ser conscientes, se sacrifican por ese grupo. Asumen así enfermedades, problemas y para ello absorben la energía del grupo. En consecuencia, mientras el grupo prospera o mejora, el crisol se enferma, engorda e incluso muere. Por ello, hay crisoles que asumen la obesidad como mecanismo para limpiar al grupo por el cual se sacrifican y resistir la carga energética.

Los consultores o guías espirituales también corren el riesgo de aumentar de peso. Esta sería una forma de protección espiritual ante el desgaste energético de ayudar a otros.  

Las personas que sirven de consultores espirituales y sobre todo quienes manejan grupos y fungen como líderes espirituales también pueden absorber la energía del grupo y manifestarla en forma de sobrepeso u obesidad.

buda obesidad
Figura del llamado «Buda Gordo». En realidad no es una representación de Buda sino de un monje chino llamado Hotei.

En su rol de guía la persona toma la energía del grupo que maneja y si no sabe cómo eliminarla puede acumularla en el cuerpo. 

Aunque también puede ocurrir que la energía se acumule en forma de grasa o líquido en el cuerpo como mecanismo de protección debido al excesivo manejo de energía espiritual en canalizaciones o sanaciones espirituales. 

El peso ideal: peso saludable 

La idea de la autoaceptación es fundamental, así como la revisión de las creencias sociales y su influencia en nuestras formas de pensamiento.

Los estereotipos sociales actuales han establecido un paradigma de belleza que valora los fenotipos europeos, principalmente: blancos o rubios, ojos claros, altos, delgados. Así son la mayoría de las modelos, actores, actrices y figuras famosas. 

Ese patrón se ha transmitido a nivel mundial y a partir de él juzgamos la belleza. Quien se sale de ese patrón es calificado de feo. Se dejan así de lado a muchas personas de otras razas, de otros colores de piel y de características físicas que difieren del patrón europeo conocido.

Este estereotipo de belleza, desde el punto de vista energético, ya se ha convertido en un egregor colectivo, alimentado por un gran mayoría en casi todo el mundo. Aún así, han surgido movimientos en contra de estos paradigmas de belleza. Modelos de «talla grande», de piel oscura o con rasgos diferentes son parte de unas minorías que han adquirido reconocimiento y que buscan ir en contra de las creencias ampliamente aceptadas sobre la belleza.

Ashley Graham es una modelo de talla grande que forma parte de una tendencia, aún no dominante, que triunfa en la industria de la moda. Esta corriente trata de mostrar la belleza en el sobrepeso.

El objetivo de esta «contracultura» también es ayudar a muchas mujeres, que tienen obsesión por copiar ese patrón de belleza dominante a dejar de lado esa forma de pensamiento. La anorexia y la bulimia son consecuencias de esas pautas fuertemente alojadas en el cuerpo mental que han llevado a mucha gente a la enfermedad.  

Sin embargo, el patrón social eurocentrista sigue enquistado en muchas personas que buscan, a toda costa, parecerse a ese estereotipo idealizado de belleza.

En ese sentido, si ya sabemos lo difícil que es disolver un egregor personal, colectivo, imaginemos lo complicado que es disolver un egregor colectivo. 

El peso ideal, por tanto, para muchas personas significa acercarse lo más posible al egregor colectivo (estereotipo de belleza).

En esta lucha muchos seres, en su mayoría mujeres, se someten a cirugías y tratamientos invasivos, que llegan hasta causar daños en sus cuerpo físicos. Muchas han muerto en el intento. 

Por ello es importante resaltar que cuando hablo de peso ideal en este artículo, no me refiero al «90-60-90» de los esterotipados concursos de belleza, sino a un peso saludable, aquel que sea más acorde para la salud y el bienestar personal.

La modelo Winnie Harlow, también conocida como Chantelle Young Brown, ha causado sensación en las redes con su look único por ser la primera modelo con vitiligo en el mundo. Este es otro ejemplo de la contracorriente que busca romper con los estereotipos de belleza.

Este peso saludable  es individual y puede que no responda al estereotipo de delgadez tan promocionado en los medios de comunicación.

Responde más bien a las particularidades de nuestro organismo, contextura y características físicas, incluyendo el proceso evolutivo que, a nivel espiritual, cada quien debe llevar adelante en la presente encarnación.

Lograr ese «peso saludable» requiere, como primer paso, que nuestro niño interior acepte a su cuerpo como es. Este proceso puede abarcar así desde ejercicios de visualización, manejo emocional e identificación de creencias hasta meditaciones y oraciones dirigidas a los distintos cuerpos implicados en la situación.   

 

Fuentes: http://saludyovivo.blogspot.com/2013/07/las-estrategias-para-sanar-la-obesidad.html

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *