Ejercicio para el Día de Reyes

Este es un ejercicio ritualístico para pedir iluminación y potenciar los deseos en la noche del Día de reyes o Epifanía. Simboliza la petición de la iluminación y  la recepción de los regalos que otorgaron a Jesús los reyes magos guiados por una estrella. 

  1. En la noche del Día de Reyes (5 de enero) rece un padrenuestro o la oración de su preferencia, pida protección y cierre su aura. Luego encienda tres velas blancas en su casa. Colóquelas en el lugar que le resulte más cómodo, mientras se dirige a un espacio abierto o una ventana para realizar una ceremonia de iluminación. En caso de no tener acceso a ver el cielo, puede utilizar su imaginación.
  2. Conéctese a tierra, o en su lugar, solamente siéntese en el suelo y sienta cómo se conecta con la tierra. Relaje su cuerpo y deje que la conexión fluya naturalmente, mientras siente que elimina toda tensión de sus músculos. Trate de sentirse parte de la tierra.
  3. Elija una estrella en el cielo, aquella que llame más su atención. Mírela por un buen rato y sienta cómo esta estrella también es parte de usted y usted es parte de ella. Es ella quien iluminará su camino a partir de este momento, la que le hará ver los obstáculos para que no choque con  ellos a cambio de que pueda superarlos.
  4. Siga observando la estrella y visualice un camino que lleva a lograr un propósito o deseo que quiere conseguir. Vea el objetivo al final del camino.
  5. Sienta cómo la luz de la estrella entra por sus ojos y se introduce en su cuerpo. Lleve esa luz a todo su interior. Vaya observando cómo se ilumina cada parte de su cuerpo. Cuando sienta que todo su ser se ha iluminado imagine que esa luz le conecta con su alma. Sienta cómo la luz llega a su alma. En ese momento recite la siguiente oración: «Estrella que iluminas más allá de lo que yo puedo ver, entra en mí para que puedas guiarme por el camino más corto hacia lo que necesito y deseo«.
  6. Dirígase al lugar donde están las velas encendidas y permanezca frente a esa luz mientras piensa en sus peticiones. Cuando se hayan consumido guarde los restos en un sobre o bolsa y ponga encima el nombre de Melchor, Gaspar y Baltazar. Guarde la bolsa o sobre.
  7. Los meses siguientes puede visualizar o ubicar en el cielo a su estrella y tomar la bolsa o sobre recordando sus peticiones. En cada una de esas oportunidades se concentrará en su estrella y le dará las gracias por su iluminación.
  8. Como complemento al ejercicio, antes de acostarse la noche del 5 de enero, piense en aquello que ha trabajado en sí mismo/a este año. Las lecciones, los aprendizajes, los regalos recibidos, el amor dado y recibido. Si acaso fue suficientemente compasivo, empático, sensible. Si entregó lo mejor al cumplir con sus tareas, si fue generoso con otros, consciente de sus privilegios y de cuánto la vida le dio. Es una noche para ofrendar a Dios, al Cosmos, al Sol naciente, al pequeño e inocente niño poderoso que llevamos dentro, todo lo que recibimos y construimos ese año. Es un vaciarse para poder volverse a llenar. Entregando lo que más preciamos: nuestro brillante y trabajado corazón de oro, elevar nuestros pensamientos  y curar nuestras heridas.

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