Meditación para la salud física

Esta meditación invoca al Arcángel Rafael, Ángel de la Sanación, a fin de que ayude a sanar cualquier dolencia física con su energía color verde.

 

 

Comienza pidiendo protección. Conéctate a tierra y cierra tu aura. Pide escudo protector de ángeles de altísima luz para que te resguarden en todo momento. Cierra lentamente tus ojos, relájate, respira profundo. Inhala profundamente por la nariz, retén el aire tres tiempos y sueltas despacio. Repite, inhala, sostén el aire, suelta y otra vez hasta que sientas que poco a poco te vas relajando.

 
Ve sintiéndote muy bien, en armonía, en paz interior, en completa compañía de los ángeles que están contigo, rodeándote. Centra tu mente en esta sensación de paz, alivio y seguridad de que estás en el lugar correcto, en el camino correcto.
 
El camino de la luz, con la seguridad y la certeza de que los ángeles no te han abandonado ni un minuto y que han estado ahí, cerca de ti, siempre, observándote, guiándote, hablándote por medio de la intuición.
 
Los ángeles están contigo en todo momento, nunca lo dudes. Los ángeles se manifiestan en colores blanco y dorado, disfruta la sensación de verte en protección con estos divinos colores.
 
Ahora invoca desde el fondo de tu corazón al Divino Arcángel Rafael y visualízate con un rayo verde intenso alrededor de ti, observa cómo cada una de tus células es cubierta por el rayo verde de Rafael Arcángel, el arcángel médico, el protector de tu salud mental, física y espiritual.
 
Tú eres un conjunto de todas esas cosas y el permanecer en equilibrio te hará sentir que todos esos aspectos forman parte de ti y no están separados. Aprovecha este momento para ubicar una dolencia física, una molestia en tu cuerpo y envía la luz de este rayo justo ahí. Recuerda que tienes el poder de la auto sanación y la regeneración.
 
Confía, envuélvete por la luz del divino Rafael que te recorre con su amorosa presencia y sabe que el Padre quiere que cada hijo suyo viva en paz y saludable. Pregúntate qué es lo que estás cargando, aguantando o resintiendo que ahora se está reflejando en un dolor, en una molestia en tu cuerpo físico. Lleva esa luz y descarga este músculo, este órgano, esta zona. Libéralo. Tú eres un sanador en potencia, confía.
 
Repite el siguiente decreto:

Yo tengo el poder de auto sanación Yo tengo el poder de liberar mi cuerpo del dolor Yo tengo el poder de auto regeneración.

Poco a poco disfruta la sensación de permitirte sentirte cada vez mejor a pesar del calor, a pesar de tus pensamientos negativos y es ahí a donde ahora vamos. A tu mente.
 
A la producción de tus pensamientos. ¿Qué es lo que has estado pensando en los últimos días?, ¿en las últimas horas?, ¿cuál es la calidad de tus pensamientos? ¿Qué ideas te alimentan?, ¿estás produciendo buenos pensamientos o estás aburrido, pesimista, molesto…?, ¿estás cansado de luchar?
 
¿Has producido pensamientos obsesivos y repetitivos?
 
Los ángeles saben que no es posible acallar la mente pero sí es posible educar la mente. Saben que depende de nosotros la calidad de los pensamientos que producimos. Analiza tus pensamientos y observa con claridad cómo estos pensamientos han afectado o beneficiado tu visión de la vida.
 
Cuánto te han sumado o restado, cuánto te han dado y cuánto te han quitado. ¿Cómo te ves?, ¿cuánto has crecido o decrecido?, ¿Sigues buscando siempre una justificación para no verte como verdaderamente tal cual eres? Observa ese pensamiento constructivo o destructivo según sea el caso y pregúntate una vez más si vale la pena conservarlo o podrías moverlo, o modificarlo.
 
Sana tus pensamientos mediante el siguiente decreto:
 

Yo tengo el poder de regenerar mis pensamientos Yo tengo el poder de eliminar los pensamientos improductivos u obsesivos Yo llevo a mis pensamientos, mis pensamientos no me llevan a mí.

 

Lentamente observa con tus ojos cerrados como ese pensamiento negativo o destructivo se aleja de ti por completo.

 

 
Ahora reflexiona detenidamente cómo te sientes, ¿cómo has observado las últimas noticias?, ¿cómo te han impactado moviendo tu seguridad y tu confort?. ¿Has tenido miedo?, recuerda que el miedo solamente te debilita y limita tu visión de la vida.
 
¿Has sentido alguna desilusión, alguna tristeza recientemente? comienza a sentir que el divino Arcángel Rafael sana tu miedo, tu tristeza y tu desilusión. Cada día se puede volver a comenzar, pero ¿de qué depende?, depende de ti, de tu amor propio. Depende de que tanto crees y sabes que eres un Guerrero de la Luz Universal.
 
Abandona este sentimiento de dolor, de miedo o esta pena que traes cargando. Recuerda que las pruebas del guerrero son cada día, es decir diariamente. ¿Qué tanto te has mantenido en la frecuencia del guerrero que cree en Dios, en los ángeles y en sí mismo?, ¿qué tanto has vuelto a caer en la corriente?, en el montón para aparentar que no pasa nada?, nada con la fe, nada con el amor, nada con la fuerza y mucho con el miedo, con el temor, con la mediocridad. Con la falta de fe, primero en ti mismo.
 
Qué tanto le has permitido a tu mente quedarse en el pasado con ideas que ya no sirven. Los ángeles nos han dicho una cantidad incontable de veces que si vas a traer algo del pasado que sean los regalos, no la basura y las cosas que te hacen estacionarte en ideas erradas, en el ego, en la mediocridad, en el victimismo, en la expectativa.
 
La vida es hoy, el pasado solo suma si traes lo regalos contigo. Ubícate en el presente con los regalos, con los dones, con la vida.
Repite el siguiente decreto:
 

Yo soy un ser de luz en equilibrio Yo vivo aquí y ahora y construyo en el presente con amor y seguridad. Yo produzco sensaciones de bienestar en mis sentimientos Yo soy feliz, yo soy feliz, yo soy feliz.

 

Así es Guerrero, camina hacia adelante, sé luz, sé guía, se congruente, sé coherente.

 

 
Eres un Ser Saludable, medita con el amor de los ángeles. Aprovecha unos minutos para hablar con los divinos ángeles. Platica con los divinos ángeles, diles lo que sientes…
 
(Después de unos 5 minutos)
 
Ahora, deja que todo ese amor te toque el alma, te recorra. Sonríete, acéptate, vive con toda la intensidad.
 
Pídele al Arcángel Rafael que te llene de salud y ofrécele ser luz a todo el que te rodee. Dales las gracias por este momento maravilloso y a Dios, tu padre, por la vida.»

fuente: conociendoalosangeles.com

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